LAPATILLA.COM
01-01-2011
Las tensiones diplomáticas entre los Estados Unidos y Venezuela están en aumento tras la decisión de la administración estadounidense del 29 de diciembre de revocar la visa del Embajador de Venezuela en Estados Unidos, Bernardo Álvarez Herrera.
La decisión fue en respuesta al rechazo del diplomático Larry Palmer como el nuevo Embajador de Estados Unidos por parte del Presidente venezolano Hugo Chávez.
Palmer, quien anteriormente formuló observaciones sobre la cubanización de las fuerzas armadas venezolanas, la baja moral del ejército y el apoyo de Venezuela a los rebeldes colombianos, ha sido un blanco de duras críticas por parte del Gobierno venezolano en los últimos meses.
En un análisis de la firma de asesoría e investigación STRATFOR, se señala que hay problemas más críticos latentes por debajo de la superficie de este ping pon diplomático entre Caracas y Washington. Uno de esos temas se refiere a la suerte del capo de drogas venezolano Walid Makled, quien fue capturado el 19 de agosto (con la ayuda de la DEA de los Estados Unidos) en Colombia. Makled es un personaje de negociación valioso para Colombia y los Estados Unidos–y una amenaza crítica para el régimen venezolano–debido a la cantidad de pruebas que se cree que posee sobre la vinculación de altos funcionarios venezolanos con el lavado de dinero, tráfico de drogas y posiblemente cargos de terrorismo.
Chávez, en un intento de aislar a su Gobierno del testimonio de Makled, ha venido exigiendo su extradición, una solicitud que el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, dijo en noviembre, haría el honor de concederla.
En el momento, el Gobierno de Estados Unidos y el Departamento de Estado de Estados Unidos en particular no están interesados en presionar por la extradición de Makled a los Estados Unidos, prefiriendo en su lugar impedir una crisis con Venezuela. Mientras tanto se han aferrado, en su lugar, a recopilar testimonios a partir de interrogatorios que los Estados Unidos habían venido realizando tranquilamente a Makled desde principios de diciembre. Los Estados Unidos no estaban interesados en impulsar esta cuestión con Venezuela, pero no iban a pasar la oportunidad de obtener testimonios para su uso posterior.
De acuerdo con una fuente de STRATFOR, los Estados Unidos puede ahora estar cambiando su posición sobre el caso de extradición de Makled. Recientemente, la supuesta evidencia de vínculos, principalmente con el narcotráfico, entre Hezbolá y Makled (así como del propio Ministro venezolano del interior y justicia Tareck el Aissami) llamaron la atención de la administración estadounidense. Rumores que circulan en Washington señalan que basándose en estos enlaces la voluntad de los Estados Unidos va a ser la de revivir su solicitud de extradición de Makled; decisión que tiene muy ansioso a Chávez. Hay un número de jugadores con diversas agendas tratando de crear vínculos de Venezuela con Irán (a través de las transacciones bancarias, presuntos vínculos de Hezbolá y fuerzas iraníes e, incluso, rumores de existencia de partes de misiles iraníes en Venezuela) como una forma de dirigir la atención de la administración estadounidense sobre el Gobierno venezolano. Muchas de estas afirmaciones pudieran ser exagerados, pero elevar la bandera de Irán es un medio eficaz de llamar la atención de Washington. Los Estados Unidos, es todavía probable, no ejercerán restricciones en sus relaciones con Venezuela pero, si procede a impulsar la demanda de extradición de Makled, las tensiones de la USA.-Venezuela aumentarán considerablemente.
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