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Thursday, September 2, 2010
"Si pierde, Hugo Chávez podría crear un Parlamento paralelo"
Pedro Nikken, ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y fundador del la ONG Ojo Electoral, analiza para Infobae América las elecciones del próximo 26 de septiembre.
Crédito foto: Gentileza UBA
El Ojo Electoral es una de las cuatro ONG de observación reconocidas por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela. Pedro Nikken fundó esta herramienta de control democrática y, en exclusiva para Infobae América, detalla cuáles son las posibilidades de un fraude durante las elecciones legislativas del próximo 26 de septiembre.
El jurista condena las violaciones a la libertad de expresión del gobierno de Hugo Chávez y analiza los posibles escenarios si se concreta una derrota del oficialismo.
-Desde la oposición denuncian un posible fraude en las próximas elecciones legislativas, ¿este escenario es factible? ¿Cómo se previene?
La oposición muestra una gran desconfianza hacia el Consejo Nacional Electoral, que es el órgano electoral constitucional. Esa desconfianza no carece de fundamentos, pues la composición del CNE no ha respetado los lineamientos constitucionales y no responde a los estándares de imparcialidad a los que debe responder un órgano de esa naturaleza. De sus cinco integrantes, hay cuatro que notoriamente responden a Chávez y al partido de gobierno (PSUV). Adicionalmente, el CNE ha exhibido una gran debilidad para corregir los abusos en la utilización del aparato del Estado a favor de las opciones oficiales, en todas las elecciones que ha presidido, incluyendo las presentes eleciones parlamentarias.
Sin embargo, hasta el momento, las votaciones no han sido fraudulentas en su conjunto, aunque se han detectado algunos episodios menores de fraude a favor del sector oficial en elecciones anteriores. El sistema automatizado de votación ha demostrado, en términos generales, ser idóneo y confiable. Su programación y puesta en marcha tiene controles de la oposición, que han resultado satisfactorios. En ese sentido, la experiencia acumulada hasta ahora permite tachar las elecciones como injustas, pero no como fraudulentas en sentido estricto.
Con esos antecedentes, creo que la posibilidad de un fraude podría surgir de una caída total o parcial del sistema automatizado el día de los comicios, que afectara a algunos circuitos electorales claves para el resultado, es decir, para la adjudicación de bancas parlamentarias. Es una eventualidad, pero no debe descartarse en esta ocasión, pues es la primera vez, desde 1998, que el chavismo no llega a la fecha electoral con una clara ventaja. El temor a la derrota, unido a la sujeción del CNE a la dirección política del gobierno pueden ser el preámbulo de una acción desesperada, que no puede descartarse enteramente.
-¿Cuál es la opción del electorado venezolano frente a Chávez?
Esa opción no existe claramente en el presente. La oposición tradicional ha logrado presentar listas y candidaturas unitarias a esta elección parlamentaria y ha presentado un programa de acción legislativo. Sin embargo, en la actualidad, no existe una opción programática de gobierno ni un liderazgo claro para confrontar al presidente Chávez en las elecciones presidenciales de 2012. El resultado de las elecciones parlamentarias puede ser el punto de partida para la configuración de opciones. En mi opinión, una opción vencedora debe aglutinar al chavismo disidente, lo cual implica retos programáticos y una renovación del liderazgo.
-¿Con qué panorama se enfrentarán los venezolanos si el oficialismo pierde las elecciones parlamentarias de septiembre?
Si el oficialismo pierde las elecciones, tanto en el voto popular como en la adjudicación de escaños en la Asamblea Nacional, se pondrá a prueba la credibilidad de la democracia venezolana. Hay malos antecedentes de desconocimiento, en la práctica, de una derrota del oficialismo. La más notoria ha sido la de la Alcaldía Mayor de Caracas, ganada por el candidato de oposición (Antonio Ledezma), pero desconocida en la realidad por el gobierno de Chávez, que creó un nuevo cargo de gobierno de la ciudad, no previsto en la Constitución ni en ley alguna. Nombró a una alcalde paralela, a quien se le asignaron todos los recursos, oficinas incluidas, que corresponden al Alcalde Mayor.
No sería de extrañarse que, de perder el oficialismo, se intente crear un parlamento de comunas paralelo. Tampoco sería de extrañar que la actual Asamblea Nacional, antes de entregar su mandato a los nuevos electos, aprobara una delegación legislativa amplia para el presidente Chávez, aplicando abusivamente una disposición constitucional que la autoriza. Todo esto plantearía un escenario de crisis política permanente y de conflicto de poderes, con grave incidencia en la estabilidad política. En todo caso, la opción menos verosímil es la que impondría la democracia, es decir, una pacífica cohabitación entre el Presidente y una Asamblea Nacional opositora.
La polarización existente y el sentido mesiánico que el presidente Chávez imprime a la llamada Revolución bolivariana, y a su propia persona, parecen incompatibles con una disposición a negociar y a hacer concesiones a un parlamento opositor.
Otra posibilidad de derrota del oficialismo es que se limite al voto popular, pero que, por obra de modificaciones legislativas de última hora que tergiversan la representación proporcional dispuesta por la Constitución, esto no se traduzca en una derrota en la asignación de bancas parlamentarias. Ese escenario sería el de un gobierno con minoría en el voto popular, pero con mayoría en el parlamento. La consecuencia inmediata sería el cuestionamiento de la legitimidad de la Asamblea Nacional y una gran tensión que amenazaría las instituciones. No descarto que, en ese escenario, el Presidente juegue a la provocación para que la oposición se anime a una asonada contra el régimen, que sería fácilmente derrotada. Sería una suerte de "Bahía de Cochinos" venezolana, que despejaría la ruta para la reelección de Chávez en 2012, frente a una oposición materialmente aplastada.
-¿Cómo ve la situación de los Derechos Humanos, específicamente, la libertad de expresión en Venezuela?
Coincido plenamente con las conclusiones del Informe sobre Democracia y Derechos Humanos en Venezuela (2009) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (la CIDH en su informe analiza una "serie de condiciones que evidencian la falta de una efectiva separación e independencia de los poderes públicos en Venezuela [...] encuentra, además que se está utilizando el poder punitivo del Estado para intimidar o sancionar a personas en virtud de su opinión política. [...] Establece que en Venezuela no existen las condiciones para que los defensores de derechos humanos y los periodistas ejerzan libremente su labor [...]").
En cuanto a la libertad de expresión, los abusos son manifiestos. Se ha agredido y perseguido a los periodistas de los medios independientes. Fue clausurada una de las más importantes –y la más antigua– cadena nacional de televisión y más de treinta emisoras de radio –en un sólo acto jurídico–. Se ha inducido a la autocensura. La publicidad oficial se usa como premio y castigo con respecto a la lealtad política. Se ha extendido el ámbito y agravado la penalización de los delitos de opinión.Venezuela ha recibido varias condenas internacionales por violación de la libertad de expresión, incluidas tres sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Se trata de un derecho reiteradamente lesionado en Venezuela en el presente. Así también lo analiza y destaca, con lujo de detalles, el Informe de la CIDH.
-¿Existe independencia de poderes en la Venezuela de hoy?
Todos los poderes públicos están sometidos al Presidente de la República. No existe separación de poderes en la realidad institucional venezolana.
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